Las Palmas de Gran Canaria ha puesto en marcha la cuenta atrás para recibir por segunda vez consecutiva (la primera fue en 2017), a la prestigiosa regata trasatlántica en solitario, Mini-Transat. La prueba, con los barcos oceánicos más pequeños del mundo, de tan solo 6,5 metros de eslora, partirá del puerto francés de La Rochelle el próximo 22 de septiembre con 84 veleros
Los concejales de Turismo y Ciudad de Mar, Pedro Quevedo, y Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, han mantenido esta mañana una reunión de trabajo con el presidente del Comite Rochelais de Mini Transat, Bernard Bonneau, y el director técnico de la prueba, Jean Saucet, que se encuentran realizando una visita de inspección técnica a la capital grancanaria.
Los responsables franceses de la regata visitarán mañana viernes,12 de julio, el Muelle Deportivo y mantendrán, a las 10.30 horas, un encuentro con el resto de instituciones y colectivos que participan en la misma, como el Cabildo de Gran Canaria, la Autoridad Portuaria, la Federación de Vela Latina Canaria, Femepa, el Real Club Náutico de Gran Canaria y Capitanía Marítima, entre otros.
Los veleros de saldrán de la ciudad francesa de La Rochelle, el 22 de septiembre de 2019, unos días después comenzarán a llegar a la capital grancanaria donde permanecerán hasta el 2 de noviembre, fecha de salida de la segunda parte de la travesía que tendrá su meta en la Le Marin en la isla de Martinica, en El Caribe.
El concejal de Turismo recordó que la elección de Las Palmas de Gran Canaria como escala de la Minitransat ha sido consecuencia “del esfuerzo interinstitucional y la colaboración que en los últimos años la ciudad ha ido estrechando con la Rochelle, uno de los principales destinos náuticos de Europa”. Quevedo destacó que “para el deporte de la vela en Europa esta regata es todo un acontecimiento y debemos sentirnos orgullosos porque muchos destinos y miles de aficionados y profesionales estarán pendientes de nuestra ciudad”, añadió.
Por su parte, José Eduardo Ramírez, insistió en que la capital, el Puerto y la isla se van a beneficiar de nuevo. “Se trata, sin duda de un evento que será rentable para todos, no sólo por el impacto económico directo que tendrá la estancia de los miembros de la organización, los navegantes y sus familiares; sino también por la promoción que genera la regata que nos confirma en el grupo de las principales ciudades náuticas del Atlántico”.
En este sentido, la celebración de la Mini-Transat en 2017 supuso para la ciudad la creación de los nuevos pantalanes, para 157 atraques, en el muelle de la Vela Latina y un retorno de 1.216.541 euros por los 600.000 euros invertidos por las diferentes instituciones en la ciudad.
En cualquier caso, Quevedo adelantó que la ciudad está trabajando con La Rochelle para presentarse de nuevo como candidatura conjunta de cara a las regatas de 2021 y 2023. “La ciudad tiene mucha experiencia a la hora de organizar y acoger grandes regatas atlánticas. La edición de 2017 de la Mini-Transat nos dejó algunas claves de mejora tanto en la relación que estamos desarrollando con otros destinos náuticos como La Rochelle, como en el impacto social, económico y promocional que estos eventos generan. Pero no es un trabajo solo del ayuntamiento. Es una tarea en la que debemos estar implicados todas las instituciones, desde el Cabildo al Puerto y por supuesto, las entidades privadas”.
La capital grancanaria fue seleccionada junto a La Rochelle y Le Marín, ésta última en la isla de Martinica, como salida, escala y llegada de la regata en 2017 y 2019, por sus condiciones climáticas, sus infraestructuras portuarias, su condición de destino turístico, la marca Gran Canaria, las buenas conexiones aeroportuarias de la Isla y su experiencia para acoger eventos náuticos.
Cruzar el océano en ‘cáscaras de nuez’
La Mini-Transat está considerada entre las pruebas oceánicas más duras y apasionantes. Su lema: Un hombre, un barco, un océano, pone a prueba las destrezas de los navegantes que se tendrán que enfrentar en solitario a las condiciones del océano, en veleros de tan solo 6,5 metros de eslora, con la única ayuda de un GPS, cartas náuticas de papel y un VHF para recibir la información meteorológica. La ayuda externa está prohibida.
La regata tiene inscritos hasta el momento a 76 navegantes y una lista de espera y pre-inscritos de 23 regatistas. Entre los skippers que han logrado superar las duras condiciones que exige la organización para poder participar esta el grancanario Miguel Rondón con el barco Kristina 954.
El resto de navegantes inscritos oficialmente hasta la fecha proceden en su mayoría de Francia (54), España (3), Suiza (2), Italia (5), Rusia (2), Bélgica (3), Japón (1), Chequia (1), Estonia (1), Gran Bretaña (1), Alemania (1), Grecia (1) y Emiratos Árabes (1).
Las duras condiciones de esta regata exige que haya que cumplir dos objetivos deportivos: El primero, sumar al menos 1.000 millas en regatas de la clase mini y la segunda cumplir otras mil millas en los circuitos diseñados por la propia organización en el Atlántico y el Mediterráneo.